ww_in_pictures_05Giovanni pasó a integrar el Primer Regimiento de Granaderos de Roma, y el 2 de setiembre  desde una formación en plaza Venecia escuchó a Mussolini que declaraba la guerra a EE. UU.,  pese a las derrotas sufridas en los frentes de África y Grecia.   Meses después ordenaron su traslado a la isla de Córcega, ocupada por  fuerzas italianas, y más tarde pasó a la isla de Cerdeña. En este lugar, la lluvia, el frío y la falta de indumentaria adecuada, más la carencia de medias y, a veces, de calzado, hicieron mella en los soldados que vivían metidos en la trinchera permanentemente, pues arreciaban los bombardeos y, de tanto en tanto, surcaban el aire  con un extraño silbido las balas que provenían de las ametralladoras. Esta situación golpeaba muy duro en el ánimo de los combatientes. El caso particular de Giovanni, tan joven y sin ningún entrenamiento previo en acciones militares ni de supervivencia, solo su ímpetu de adolescente lo impulsaba, por consiguiente, esta situación derivó en que durante los primeros tiempos  llegara a superar apenas los 52 kg  de peso, no obstante  su estatura de 1,83 m.

En una trinchera de este lugar también tuvo que disputar su vida con la malaria, la fiebre era altísima y sin atención médica ni remedios, solo las defensas naturales de su frágil estado lo ayudaron. El hospital de campaña estaba demasiado lejos y no convenía en ese momento salir de la fosa, pues sería una muerte segura. Así tuvo que batallar con ese flagelo, que  la final pudo vencer.

Poco tiempo después volvió a Córcega junto a los demás soldados, todos percibían que se acercaba un cambio, la dirección del país estaba variando y la rendición de Italia estaba muy cerca. Las tropas angloamericanas habían desembarcado en  territorio italiano y comenzaban su avance. Mussolini fue arrestado  y el país había sufrido grandes pérdidas junto a los alemanes. Por ello, el 8 de setiembre de 1943 Italia anunció su rendición y luego la adhesión a los Aliados. En consecuencia, Giovanni y sus compañeros, dentro de una situación caótica,  se unieron a los soldados franceses y estadounidenses. Desde allí el nuevo objetivo sería  expulsar de Italia a los alemanes.

Eran las 19,30 horas en punto  del 1º de noviembre de 1943 y Viareggio sufría el primer bombardeo aéreo de los Aliados, ataques que se extendieron hasta el 7 de febrero del ´45. En total fueron 62 incursiones aéreas y casi 2.000 bombas arrojadas, una de éstas se incrustó en la cocina de la casa de los padres de Giovanni, pero no explotó. Entonces, a raíz de este hecho, Fóscaro y Anna junto al hijo menor decidieron huir de allí con rumbo a los campos y bosques de la región, cambiando continuamente los sitios donde se ocultaban, porque si eran descubiertos por los alemanes, ahora enemigos, el fusilamiento o los campos de concentración hubieran sido el destino asegurado. Durante casi todo ese tiempo durmieron en pastizales o en  establos de la campiña, y la alimentación era en base a hortalizas y frutas que en la noche sustraían de algún sembradío.

En agosto de 1944, Giovanni dejó la isla de Córcega y desembarcó en Nápoles, en esos días  aún ocupada por los alemanes. Y al mes siguiente recibió una carta de su madre, Anna, fechada precisamente el 25 de setiembre de 1944 en Massarosa, esa misiva era la primera comunicación que tenía desde aquella despedida en la estación de trenes, habían pasado más de dos años sin saber absolutamente nada de la suerte de cada uno.  Por lo menos, en ese instante supieron que los cuatro  estaban vivos.