En realidad este título es una expresión  profusa, de todos los días. Pero con ausencia manifiesta y continua de explicaciones claras, las cuales son muy importantes, pues a partir de la voluntad de acceder al Primer Mundo, nos facilitarían la tarea destinada a lograr tan preciada situación. Y este rango incluye aspectos culturales, políticos, jurídicos, económicos y financieros, además de las múltiples ventajas, tanto en el orden interno, cuanto en la relación internacional.

¿Entonces, cómo llegar al primer mundo?

Es muy simple acertar la senda, para ello solo tenemos que crear actitudes de vida con el fin de alcanzar esa meta, y los requisitos necesarios que únicamente dependen de nuestra voluntad radican en:

1-Un orden social que dignifique la convivencia, con el debido respeto recíproco y del medio ambiente.

2-Revalorización permanente del patrimonio cultural, las tradiciones y el trabajo.

3-El ordenamiento jurídico estricto, ecuánime y universal, donde jamás podrían anidar los intereses por claudicar y menos aún la genuflexión.

4-Respeto sistemático y convencido por las reglas en la interrelación cotidiana, por caso, con el simple hecho de no tirar un papel en la calle ni destruir los bienes públicos, no pintar paredes u otros lugares con leyendas obscenas, insultantes o de cualquier otro tenor, no cruzar los semáforos en rojo, no exaltar o burlarse permanentemente de los defectos del prójimo y, por otra parte, corresponde ponderar siempre las virtudes. Un ejemplo muy ilustrativo de esta última situación podría ser la siguiente: en Buenos Aires, los compañeros de clase de Jorge Luis Borges, se burlaban continuamente de él porque era medio tartamudo. En cambio en Suiza, donde  prosiguió sus estudios, los alumnos de su escuela veían en la tartamudez un signo de inteligencia y manifestaban admiración por ello.

5-Consolidar una verdadera democracia, cuya misión requiere como fundamento la eterna división e independencia total de los poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

6-Imponer valores tales como, estabilidad política, altruismo, honestidad en la función  pública y privada, capacidad de gestión, no engendrar niveles de impunidad. Y en el ámbito político, no corromper jamás el orden civilizado que expresa: primero está el pueblo, luego el movimiento y por último, bien alejados, deben ubicarse los hombres. En síntesis, la misión permanente debería basarse en crear condiciones de urbanidad y buena imagen interna para que también se proyecte al mundo.

7-El flagelo llamado “viveza criolla”, es necesario eliminarlo definitivamente de nuestra cultura, pues mientras esté vigente, la figura del Primer Mundo permanecerá lejos de nuestro país.

Luego vemos que, para acceder al Primer Mundo, la cuestión no es el volumen de dinero disponible, sino la actitud de vida que asumimos. Es decir,  la manifestación social por usos y costumbres, el orden político y económico, más la seguridad jurídica plenamente garantizada.

Consecuencias de dicha actitud

Es simple discernir el resultado. Los vecinos limítrofes y los de más allá  inclusive observarán nuestros procederes a través del tiempo, y de ahí surgirá una crítica espontánea por lo que estamos construyendo, la cual será favorable si la trayectoria elaborada es, sin dudas, seria y continuada en afirmar el orden económico, social, político y jurídico, cuyo producto fomentará lógicamente una confianza general indestructible. En consecuencia, con esta base, pronto vendrán los extranjeros a realizar inversiones a través de capitales estables (en cambio, los capitales “golondrinas” anidarán en otros sitios, más propicios, donde el riesgo país esté por las nubes), y seguro que también muchísimos de nuestros compatriotas traerán “la bolsa” desde Suiza, Uruguay, Caimán, etc.. Y desde aquí el progreso económico es indefectible, con el consiguiente bienestar general en incesante aumento, además de cimentar una estimación positiva en el concierto internacional, lo cual nos permitirá mejorar la vida presente y será, a la vez, patrimonio para nuestra posteridad. Pienso que valdría la pena el esfuerzo para lograr ese rango, pues sobran los motivos importantes y a favor.