hogan_german_short_haired_pointer_01.jpg_w450En la jerga popular, la mención de los perros adquiere valoraciones pendulares, que van de un extremo a otro  casi sin detenciones intermedias; por ejemplo: “Qué vida de perros”; “Lo tratan como a un perro”; “Lo mataron como a un perro”; “Es más despreciable que perro sarnoso”; “Tiene un carácter de perros”,  y así podríamos continuar con una larga lista de expresiones en el sector negativo. Y en la otra punta, la positiva, encontramos manifestaciones tales como: “El perro es el mejor amigo del hombre”; “El perro es lazarillo de los discapacitados”; “Más conozco a las personas y más quiero a mi perro”; etc.

 También los sitios intermedios, pero con menor intensidad, están marcados por algunas  reflexiones como las siguientes: “El perro es el mejor amigo del hombre; pero éste no siempre  es el mejor amigo del perro”; “Perro que ladra no muerde”; “Ladrador como perro chico”; etc.

Desde estas valoraciones deseamos relatar brevemente una situación acontecida algunos días pasados. Una mañana, caminábamos con mi hijo desde nuestra casa hacia la avenida del barrio y, de repente, nos encontramos con una jovencita que vociferaba gruesos epítetos en contra de alguien, mientras lloraba desconsoladamente; allí y en el mismo instante apareció un hombre mayor, que a los gritos prometía la muerte  de ese “alguien” con tres balazos. Nos miró, como buscando respaldo, al tiempo que exclamaba desaforado: “¡Nos mató el perrito, en el parque, y sin motivo alguno!”

Es verdad, nos dolió el hecho en el cual ultimaran a un perro que andaba con su dueña, sin importar la causa; pero jamás podríamos asentir una venganza; en consecuencia guardé silencio y continuamos andando, en tanto recordaba aquella frase del filósofo chino, Confucio, que expresa: “Antes de empezar un viaje de venganza cava dos tumbas”. Además, “Si eres paciente en un momento de ira, escaparás a 100 días de tristeza”. Proverbio chino.

Por último, si comprendemos que los perros son en realidad  una bella expresión de  vida, que la naturaleza creó para  compartir en armonía con los seres humanos cada espacio de este mundo; y si también extendemos tal consideración al resto de los animales, entonces invitamos a meditar este pensamiento: “Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales”. Mahatma Gandhi.