sueñosnexoEs muy importante tener sueños, ilusionarse, imaginar acontecimientos que manifiestan nuestros deseos personales, y todo dentro de las reglas sociales. Por otra parte,  esos sueños nacen y residen en nuestra intimidad, entonces  podríamos mantenerlos en secreto para el mundo exterior mientras sean solo una quimera, es decir alejados  de cualquier realización.  No obstante, si  compartimos con allegados que  conforman la  propia familia, estaremos multiplicando alegrías y esperanzas. Por ello, es  tan importante  que continuamente tengamos  ideales, más aún cuando ese modo nos permite   disfrutar por anticipado de  los resultados que  fomentan la vida,  y de paso contribuyen a elevar  la  autoestima  que  acciona como un combustible perfecto  para alcanzar  una existencia  próspera,  fundada en la pasión, esa fuerza natural por la cual  Lucio A. Séneca, afirmaba: “Un hombre sin pasiones está tan cerca de la estupidez que sólo le falta abrir la boca para caer en ella”.

Y es menester valorar que no todos los sueños son realizables, pero  también es verdad  que ellos en el mientras tanto van nutriendo la vida,  comenzando por el espíritu que se colma de sensaciones positivas,  alimentadas por el entusiasmo que incluso se extiende a nuestro entorno con quien compartimos los días.  En consecuencia, debemos estimar el riesgo normal,  pues hay cosas que no dependen solo de nuestra voluntad, y es ahí donde se halla el área de conflicto, seguro que esto lo sabemos de antemano, no obstante, saludable es recordar siempre que: “el peor resultado proviene de  aquella acción que nunca se intenta realizar”.

Por otra parte, si un sueño demanda la participación de terceros, conviene restringirla al máximo, salvo que se trate de la propia familia, la cual es de consideración sagrada para justificar nuestra vida. Sin embargo,  sería  positivo un proyecto de conjunto si se tratara, por ejemplo,  de emprendimientos sociales o económicos, donde la unión hace a la fuerza  y ésta depende del  capital humano y financiero, acorde con la importancia  de la ambición  definida. Con todo, no deberíamos olvidar la aseveración  del filósofo chino, Confucio, y que expresa: “Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás. Así te ahorrarás disgustos”.

¿Y cuáles deberían ser los sueños máximos que nos permitirán  justificar el paso terrenal? Algunos de ellos son:

-Llevar una vida decorosa, donde son estimaciones  muy importantes: el trabajo, usos y costumbres, el orden instituido, el medio ambiente y la historia de nuestro pueblo.

-Constituir una familia y  protegerla, aún a costa del sacrificio propio.

-Prepararse de  manera óptima para enfrentar la vida, ello implica también adquirir cultura en claustros de enseñanza y, si fuere posible, completar  la etapa universitaria.

-Lograr una posición económica personal que asegure bienestar, pero no olvidar  jamás aquella  afirmación de Séneca: “El mejor límite para el dinero es el que no permite caer en la pobreza ni alejarse mucho de ella”.

-Nunca soslayar las necesidades de la gente pobre, desvalida, anciana o de un niño, por eso necesitamos ayudar para integrar nuestra felicidad de la mejor  forma, al respecto Platón decía: “Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro”.

-Amar nuestra vida es compartirla, además del continuo intento por  prolongarla en modo saludable.

-Conocer países lejanos y  culturas diversas que pueblan nuestro planeta tierra, todo esto abre la  mente, permite ampliar la comprensión, la tolerancia y el respeto por los usos y costumbres, más los bienes que pertenecen a otros pueblos del mundo.

-Dejar una dulce impronta en el recuerdo de los amigos y de las personas con que uno se relaciona por cualquier motivo y en algún momento, luego, todo ello será un patrimonio ejemplar para  nuestros descendientes. Sin embargo, debemos comprender también que es imposible, por la natural complejidad humana y la permanente colisión de intereses, lograr la simpatía de todo el mundo, sin excepciones.

Como corolario, tener sueños hace más densa la vida y seguro que incluso la podría extender biológicamente.”El hombre que no se alimenta de sus  sueños envejece pronto”, decía William Shakespeare.