Transcurría el año 1865, cuando un joven llamado George Nagelmackers, nacido el 24/06/ 1845 en Lieja, Bélgica, realizó un viaje por América, donde observó  el avance tecnológico relativo al transporte ferroviario, y en particular el coche de lujo promovido por George Pullman. De este modo, al regresar a su país planteó la idea de un tren que recorriera toda Europa, lo cual demandaría una inversión tal que de inmediato representó un verdadero escollo para el proyecto. Y pese a estas contingencias negativas, al fin pudo lograr un acuerdo en la Nagelmackers  Compagnie Internationale del Wagons-Lits, de la cual era fundador. Y cuyo itinerario vertebral uniría París con Constantinopla (y a partir de 1930, llamada Estambul). Lógicamente, este emprendimiento tan importante y ya próximo a iniciar el servicio, generó un enorme revuelo social y periodístico, no obstante, en medio de ese tumulto de ideas y propuestas apareció un nombre que resultó adecuado para el nuevo medio de transporte: “Orient Express”. Y así, el 4 de octubre de 1883, el tren llevó a cabo su primer viaje.

 En realidad, este servicio fue creado para cautivar a los VIP de entonces: grandes burgueses, artistas, aristócratas, novelistas, aventureros y  engreídos. Pues el tren contaba con exuberante opulencia hasta en los  mínimos detalles, tales como sus revestimientos con caoba y ébano, cristalería de Murano, cubiertos italianos y un servicio de guantes blancos. Incluso los asientos de banqueta revestidos con un lujo de veras faraónico, que durante el día, las “twin cabins”, permitieron al pasajero deleitarse con el paisaje a lo largo del camino. Y por la noche, esos mismos espacios se transformaron en confortables y suntuosas habitaciones, con delicada iluminación y sábanas bordadas. Sin embargo, la máxima riqueza se definía en las “cabinas suites”.  De esta manera, en cada viaje estaba asegurado el máximo glamour para esa época, y a nivel mundial.  A raíz de ello, este medio rápidamente ganó la preferencia de un público selecto,  dado también por el  altísimo  costo del  pasaje.

 Y todo transcurrió muy favorablemente hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial, cuando fue suspendido este servicio, retomándolo en 1918. Y al año siguiente se habilitó el túnel Simplon, que unía Italia con Suiza, creando de esta forma una ruta alternativa hacia Estambul. Motivo por el cual se inaugura el servicio denominado Simplon Orient Express, cuyo recorrido comprendía: París-Lausana-Milán-Venecia-Trieste y Sagreb. Y, al final, se unía con la ruta original en Belgrado.

Y en la década del 1930,  aconteció  que el Orient Express logró su mayor desarrollo, con la presentación de tres alternativas diferentes, el Orient Express original (Ostende-Viena), el Simplon y el Ariberg que recorrían el Continente, y con variadas combinaciones entre sí. No obstante ese apogeo, el servicio fue perdiendo rentabilidad a partir de la Segunda Guerra Mundial, pues el avance  tecnológico comenzó a definir   nuevos trenes de alta velocidad, más la modernización  y multiplicación de autos y aviones. Cuyo conjunto de medios contribuyó decididamente para consolidar el fin. En consecuencia, durante el año 1962, el  Orient Express original y el Ariberg Orient Express, cesaron en el servicio, dejando solo al Simplon Orient Express que, casi inmediatamente, fue sustituido por una línea más lenta, denominada Direct Orient Express, y que efectuaba el recorrido París-Estambul dos veces por semana. Mientras que el Simplon Orient Express, un tiempo después, pudo reanudar el servicio diario de París a Belgrado.

Luego, en el año 1971, la compañía Wagon-Lits dejó de gestionar los trenes y vendió todos sus coches a un conjunto de empresas. Sin embargo el personal de servicios a bordo, continuó con la nueva firma. Y pese a todo, durante 1977 el Direct Orient Express, efectuó el último viaje de París a Estambul.

Por consiguiente, muchos pensaron que la suspensión de la Direct Orient Express, sería una muestra del final de la Orient Express. No obstante logró el apoyo financiero y económico, en especial de un personaje llamado James Sherwood, de Chicago, dueño de una cadena de hoteles y una compañía marítima, que tomó la iniciativa  de comprar los vagones del Orienten Express para repararlos y modernizarlos. De este modo, se consiguió restablecer nuevamente el servicio del tren, que cubría el tramo desde París-Budapest-Bucarest, hasta el 2001, cuando fue reducido a únicamente París-Viena. Y el 8 de julio del 2007, el servicio fue desactivado en simultáneo con la puesta en funcionamiento de la “LGV Est” (ferrocarriles franceses de alta velocidad), el cual efectuaba el itinerario de París a Estrasburgo. Y dos días después la línea Orient Express fue acortada al breve recorrido a Estrasburgo, con partidas a las 22,20 horas. Pero el 14 de diciembre del 2009, la línea fue suspendida definitivamente. Entonces, a partir de aquí, solo perduró la tradición de tan fascinante tren.

Además, ciertas quimeras y otras realidades forman parte  de la historia del Orient  Express y, con el tiempo, algunas dieron lugar a relatos un tanto irónicos. Por ejemplo, un mandatario de Bulgaria que viajó todo el tiempo encerrado en el baño por miedo de ser asesinado. O el rey de Bélgica que se vistió de mujer para mimetizarse en el harem de un millonario turco. Y el Zar ruso, Nicolás II, pidió que hicieran extravagantes modificaciones en el coche que abordaría para su viaje a Francia. Inclusive los agentes secretos tuvieron frecuente participación en este tren. Por caso, el inglés Robert Baden-Powel, quien transmitía sus mensajes  a las fuerzas británicas e italianas, durante la Primera Guerra Mundial,  empleando imágenes de distintas especies de mariposas. Y concluimos con el hecho acaecido el 11 de noviembre de 1918, cuando los oficiales alemanes firmaron su rendición en el coche-cama de un comandante francés.

El Oriente Express en la cultura general:

1-Libros:

– “Drácula”(1897), de Bram Stoker.

– “Asesinato en el Orient Express”, de Agatha Christie.

-“El tren de Estambul”, de Graham Greene.

2-Películas:

-“La vuelta al mundo en 80 días”, de la novela de Julio Verne, y dirigida por Anderson.

-“De Rusia con amor”, con James Bond.

-“En Bazar Express”, con Paul Thearoux.

3-Canciones:

-“El Tren azul”, interpretada por Matía Bazar.

-“Champs Elysées”, cantada por Giuni Russo.

-“Orient Express”, realizada por la célebre cantante italiana, llamada Mina.

-“Orient Express”, estrofa con que Jean Michel Jarre, abre un concierto en Pekín.

Y como corolario, deseamos manifestar el sentimiento de enorme placer que nos embarga, por haber abordado tan enigmática como nutrida historia del medio de transporte que pudo captar la admiración del mundo entero, pero después de un tiempo se convertiría solo en una seductora leyenda.