Uno transita por la vida, casi siempre con un importante caudal de ilusiones a cuestas. Las que por lo general promueven expectativas agradables aunque exijan una cuota de sacrificio para alcanzar cada objetivo, y cuyo destino postrero está dirigido a endulzar la vida propia y la de nuestros seres queridos. Por otra parte, y desde una consideración extendida veremos que el conjunto de la humanidad normalmente transita por ese camino de la vida con los mismos deseos, conformando metas comunes detrás del propósito de consolidar la existencia de cada individuo y su familia.

Sin embargo, de tanto en tanto, acontecen excepciones. Tal el caso del  año 2020, que trajo consigo un flagelo creado por desbordes humanos, y  cuyas causas, por ahora, resultan difíciles de determinar con precisión. Pero, sin dudas, las consecuencias pusieron en jaque a la población del mundo entero, sin excluir ni un solo sitio, por más recóndito que sea, donde se hicieron añicos las ilusiones por una vida lógica, fundada en la paz, la salud y el trabajo. Cuyo fenómeno, con tenor de flagelo universal,  aún continúa y sin atisbos valederos para retornar a la existencia habitual dentro de un tiempo que se podría precisar con alguna certeza. Mientras que a su paso la endemia va sembrando por doquier los quiebres emocionales, económicos y las múltiples alteraciones del orden social; inclusive los decesos que ya se cuentan por millones en el planeta.

Y pese a todo, nuestro único camino es el de cultivar la esperanza de que también en este acontecimiento, la fuerza del bien vencerá una vez más y luego volveremos a la vida normal. Razones sobran para ello, las cuales, en este caso se fundan en el instinto protector que naturalmente nos ampara. Por otro lado, obra el sustento que significa tener disponibles, casi con amplitud universal, las vacunas creadas por varios laboratorios y universidades de prestigio mundial. Cuyos resultados muestran  a priori, que la esperanza no será vana ¡Ojalá que así sea!

En otro orden, y relativo a nuestra creación literaria, es innegable que vimos  afectado el ánimo de manera indeseable, tal como le ocurrió a todo el mundo, según evidencias. Y el resultado inevitable, fue la escasa inspiración, mientras que la diversidad se ausentó de la razón. Por consiguiente, desde “Nexo Cultural” exponemos casi 220 temas, y pocos son los incorporados en el 2020. Y en el blog, identificado como “Vive Toscana”, casi nulo fue el aporte debido a la ausencia absoluta de turismo internacional. No obstante, algo muy positivo sucedió, y es la decisión del Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba, de incorporar en su  patrimonio histórico-cultural a dos de mis obras literarias, cuyos títulos son: Bambín y Fundación de Colonia Luxardo.

Finalmente, solicitamos a los lectores que realicen un brindis, y no recordando las angustias soportadas durante casi todo el año que despediremos en breve, sino para fortalecer la esperanza de que ojalá retornemos muy pronto a la tan venerada normalidad. Creemos que por ese motivo vale la pena. Además, los medios ya están próximos…casi al alcance de la mano. Entonces brindemos por la tan ansiada solución que pronto llegará.

¡¡Hasta el próximo año!!