En el año 1939, a través de una carta, Albert Einstein informaba a Franklin D. Roosevelt, el que por ese entonces era presidente de los EE.UU de norteamérica, sobre el avance  tecnológico  en el uso del uranio como nueva fuente de energía. Además, advertía que los alemanes ya estaban trabajando en este sentido, en especial desde la ocupación de las minas de uranio en Checoslovaquia. Por otra parte sugiere al gobierno que permanezca en contacto permanente con el equipo de físicos que trabajaban para EE.UU. Y también que prestara mucha atención a que el país se encuentre bien provisto de mineral de uranio. Cuyo texto de la carta mencionada es el siguiente:

“Enrico Fermi y Leó Szilárd, me presentaron un trabajo, aún en manuscrito, en el cual manifiestan que en un futuro muy próximo, el uranio podría convertirse en importantísima fuente de energía. Por consiguiente, algunas razones demandan vigilancia y una rápida acción del gobierno, si fuera menester. Por ello, creo que debo someter a su valoración los acontecimientos, más las siguientes recomendaciones:

En el transcurso de los últimos cuatro meses, los trabajos de Fermi y Szilárd, en EE.UU. y de Joliot en Francia, demuestran la posibilidad de iniciar reacciones nucleares en una gran masa de uranio, por lo cual se producirían grandes cantidades de energía y enormes dimensiones de nuevos elementos iguales al radio. No existen dudas que esto podría lograrse rápidamente.

Este resultado sería destinado a la fabricación de nuevas bombas. Incluso puede pensarse que dichas bombas serían de altísimo poder. Imagine, una sola arma de estas, acarreada en barco, podría destruir todo un puerto, más buena parte del territorio circundante. Sin embargo, creo que estas bombas serían demasiado pesadas para trasladarlas en avión.

En EE.UU. existen solo minerales muy pobres en uranio. En cambio hay excelentes minerales en Canadá, Checoslovaquia, y la fuente de mayor importancia se halla en el Congo belga. Ante esta situación conviene que se mantenga el permanente contacto personal entre el gobierno y el conjunto de físicos que trabajan en las reacciones nucleares en cadena dentro de EE.UU. Una alternativa para lograr esta comunicación es mediante una persona de su confianza, sin un rol de tarea oficial, cuyo objetivo sería:

1-Tener contactos con el departamento de gobierno, informarlo continuamente sobre los adelantos y, a la vez, efectuar recomendaciones útiles para las decisiones de gobierno. Incluso, prestar especial atención en que EE.UU. se encuentre bien provisto de mineral de uranio.

2-Acelerar el experimento que se está efectuando, dentro de las limitaciones en los presupuestos de laboratorios universitarios, y asegurar los fondos que sean necesarios mediante el aporte de particulares dispuestos a contribuir con esta causa. Al tiempo de alcanzar la cooperación de laboratorios industriales que dispongan del equipamiento necesario. Obra en mi poder, información de que  Alemania suspendió totalmente la venta de uranio que proviene de las minas de Checoslovaquia. Esta decisión se funda en que el hijo del subsecretario de Estado de Alemania, Von Weiszäker, tiene vínculos con el Instituto Kaiser Wilhelm de Berlín, en el cual están realizando distintos experimentos norteamericanos sobre uranio.”

 

Muy atentamente.                                                                            Albert Einstein