Uno transita por la vida, casi siempre con un importante caudal de ilusiones a cuestas. Las que por lo general promueven expectativas agradables aunque exijan una cuota de sacrificio para alcanzar cada objetivo, y cuyo destino postrero está dirigido a endulzar la vida propia y la de nuestros seres queridos. Por otra parte, y desde una consideración extendida veremos que el conjunto de la humanidad normalmente transita por ese camino de la vida con los mismos deseos, conformando metas comunes detrás del propósito de consolidar la existencia de cada individuo y su familia.

Sin embargo, de tanto en tanto, acontecen excepciones. Tal el caso del  año 2020, que trajo consigo un flagelo creado por desbordes humanos, y  cuyas causas, por ahora, resultan difíciles de determinar con precisión. Pero, sin dudas, las consecuencias pusieron en jaque a la población del mundo entero, sin excluir ni un solo sitio, por más recóndito que sea, donde se hicieron añicos las ilusiones por una vida lógica, fundada en la paz, la salud y el trabajo. Cuyo fenómeno, con tenor de flagelo universal,  aún continúa y sin atisbos valederos para retornar a la existencia habitual dentro de un tiempo que se podría precisar con alguna certeza. Mientras que a su paso la endemia va sembrando por doquier los quiebres emocionales, económicos y las múltiples alteraciones del orden social; inclusive los decesos que ya se cuentan por millones en el planeta. (más…)