Una comunidad, y un país por extensión,  impulsan  el progreso, sencillamente apostando con vigor, en valoración y esfuerzo, al trabajo. Pues de ese modo surgieron, en el concierto de las naciones, “el milagro alemán y “el milagro japonés”, por ejemplo. Ellos poseen 357 mil km2 y 378 mil km2 de territorio respectivamente. Casi una provincia argentina.

No obstante para una apuesta al trabajo en la dimensión adecuada, con resultados de tanta importancia, se requiere crear y consolidar una base de condiciones apropiadas para proteger y potenciar a la población en general, y su sector económicamente activo en particular. Con el propósito de lograr un máximo rendimiento, donde el  fundamento estará compuesto por la salud y la educación. Y el aditamento, en esa conjunción, consiste en la tarea de difundir la cultura del trabajo.

De esta manera el sujeto comprenderá a través del tiempo, que el trabajo es el único medio digno, eficaz y, por ello, valioso para el  progreso individual, lo cual incluiría  a su propia familia. Por otra parte, ese beneficio  se extiende naturalmente a todo el conjunto social que el mismo integra. Sin embargo, para un desarrollo sólido del país en su conjunto, también es menester incentivar la inversión de capitales internos y externos, lo cual requiere una confianza plena que los inversores encuentran solo en la seguridad jurídica y en reglas claras de la economía. En consecuencia, el trabajo y el capital en simultáneo representan la verdadera columna vertebral del progreso de una economía en cualquier lugar del mundo. (más…)