En esta ocasión propongo que, de manera un tanto romántica, ampliemos nuestro conocimiento a través de un personaje que anda, observa y compara, pero siempre buscando la verdad de los hechos y de las  cosas,  con  total altruismo en esa tarea, para que cada día los argentinos puedan ser mejores  en los procedimientos y también en los bienes, cual es el modo de perfeccionar las aptitudes lógicas de ciudadanos locales y del mundo, en armónica concordancia. Mientras que asigna mayor compromiso, en este asunto, a quienes ejercen las funciones naturales del poder.

Y figuran otros parroquianos que  ayudan en ese propósito. Uno, en particular, de nombre Pincén, es sesentón y viene del norte cordobés. Hombre humilde y laborioso, pero sobre todo ama a su patria.  Por ello, de tanto en tanto, hace un alto destinado a pensar tranquilamente  en lo que está viviendo, y cuál sería su deseo. No puede leer, por esas cosas de la vida, entonces le cautiva oír los relatos de un amigo, aquel que anda por el mundo casi sin “desensillar”, porque tiene una necesidad tan ancha como profunda de conocer muchas cosas, para luego, a su manera, sugerir un cambio de lo que, cree, está mal en  la propia  tierra. Ese amigo suyo se llama Américo…don Américo del Sur, le dicen.   (más…)