El hombre debió trabajar desde los orígenes de la humanidad, su propia existencia imponía esa condición básica, y la predisposición nació del espíritu inducido por el cuerpo, porque necesitaba procurarse los alimentos diarios y un sitio donde guarecerse, sea éste una choza, un rancho o una simple cueva en las entrañas de la tierra.

 De esta manera,  el instinto de conservación individual demandaba trabajar, incluso este sentimiento se extendió por natural solidaridad a la familia, producto de su descendencia. De tal modo, podría afirmar  que el trabajo es tan antiguo como la vida y lo registramos en todas las especies vivientes, también en los animales  primarios de nuestro mundo. (más…)