Así podría titularse esta historia real, acontecida con el personaje de un pueblo de la zona piemontesa, en  la provincia de Córdoba; transcurría la década del ´80 cuando un conjunto de parroquianos decidió conocer las Cataratas del Iguazú y, en el regreso, al caer la tarde incluirían además la posibilidad de presenciar el espectáculo de luz y sonido en las ruinas de San Ignacio. A alguien del grupo organizador se le ocurrió invitar a Lencho, un fornido sujeto de prominente panza y con voz de trueno, de unos 60 años de edad y pródigo en exóticas exclamaciones; reacio el hombre para salir de su casa y más allá de los límites de su pueblo, pero habitué del boliche del lugar; en consecuencia, fue necesario realizar presiones convergentes para que, al final, lograran el propósito y Lencho también  viajó. (más…)